Ajuste de Cuentos
Ángel Solís
Graves consecuencias para la 4T en Quintana Roo tendrá permitir que fuereños operadores estén tomando las decisiones políticas en esta elección, porque ignoran la historia del estado y mucho menos se toman la molestia de investigar el capital político de protagonistas como el playense Mauricio Góngora Escalante, a quien han menospreciado y podría aplicarles la frase morenista de “amor con amor se paga”.
Es evidente que dichos gurús políticos que están detrás de la coalición Morena-Verde-PT ni siquiera se han tomado la molestia de googlear en el Internet para conocer un poco del pasado de este excandidato a la gubernatura del estado, quien en 2016 logró más de 211 mil votos.
Pero los chetumaleños fueron engañados por Carlos Joaquín González con la promesa de un “cambio” y de “oportunidades para todos” (los poblanos) le dieron el triunfo en bandeja, algo de lo que la mayor parte de los chetumaleños se arrepiente y lamenta hasta hoy en día.
En dicha elección, en el municipio de Solidaridad (Playa del Carmen), donde ambos fueron presidentes municipales, Mauricio Góngora se impuso por miles de votos, demostrando su fuerza de operación y poderío político, siendo este uno de los motivos por los que Carlos Joaquín le guarda rencor al cozumeleño.
Muestra de la fuerza electoral y el tamaño de su estructura, fue el triunfo contundente en el 2021 de la joven tulumnense Silvia Dzul Sánchez —hija del fallecido alcalde Marciano Dzul Caamal— con más de 29 mil votos, lo que representó más del 66 por ciento del total de sufragios en el distrito 9, convirtiéndola en la candidata a diputada local más votada de los 15 distritos con los que cuenta el estado.
La mayoría de esos votos fueron obtenidos en la alcaldía de Puerto Aventuras y el inmenso fraccionamiento Villas del Sol en Playa del Carmen, ya que en ese proceso electoral el distrito 9 era compartido entre Tulum y parte de Solidaridad y donde mucho, muchísimo, tuvo que ver Mauricio Góngora para que esta joven aplastara a sus adversarios en las urnas.
Durante diciembre pasado, finalmente Mauricio, ya exonerado de todos los cargos que le fueron inventados por el exgobernador Carlos Joaquín González, decidió reaparecer en la escena pública y ante más de mil 500 personas que son parte de su estructura, en un convivio entre amigos les anticipó que “este 2024 nos vamos a ver más seguido”.
Pero este poder de convocatoria y fuerza electoral ha sido menospreciado por los fuereños que toman las decisiones en el estado, ya que Mauricio y el grupo político que representa no ha sido tomado en cuenta en las comidas, posadas y reuniones de “unidad”, donde actores políticos sin peso y seguidores se ofrendaron y rindieron ante los pies de Estefanía Mercado Asencio para que sea su candidata a la presidencia municipal, a cambio de alguna rebanadita del pastel que representa el ayuntamiento de Solidaridad, por más pequeña que esta sea.
El capital político de Mauricio Góngora, por el tamaño de su estructura que ha mantenido aceitada todos estos años, supera los 10 mil votos. Y para el caso de Solidaridad, a pesar de contar con un padrón superior a los 300 mil electores, por ser un municipio turístico donde la población trabaja prácticamente todos los días, la elección a la presidencia municipal se define con menos de 30 mil votos.
Recientemente la periodista carrilloportense Graciela Machuca Martínez dio a conocer un supuesto amarre político entre la actual alcaldesa Lili Campos Miranda con Mauricio Góngora, a quien le habría ofrecido la tesorería municipal a cambio que se sume a su proyecto de reelección que el pasado lunes oficializó, por medio de un escrito dirigido a los integrantes de su cabildo y dirigentes de los partidos que la llevaron al poder: PAN, PRI y PRD.
De aceptar la propuesta difundida por la periodista, el cozumeleño se sumaría al proyecto de Lili Campos, que no solo es la reelección en la presidencia municipal, sino también el relevo estatal en el 2027, donde la alcaldesa playense —de lograr el triunfo el próximo 2 de junio— arrancaría como la primera y más fuerte aspirante a nivel estatal.