Diego Castañón pisotea la tumba de Marciano Dzul

Ajuste de Cuentos

Ángel Solís

“Cría cuervos y te sacarán los ojos”, dice el refrán hecho a la medida del alcalde sustituto de Tulum, Diego Castañón Trejo, a quien ya le olvidó que su madrina en la administración pública fue la entonces presidenta municipal de Tulum,  Romalda Dzul Caamal, quien le dio una oportunidad como director municipal de Turismo, donde tuvo un paso gris, además que el ex hermano de ella, Marciano Dzul Caamal, lo rescató del olvido para ponerlo como su suplente en la presidencia municipal y hoy, a más de 4 meses de su muerte, abusando de su poder violenta a su viuda al sentirse opacado en una comunidad de la zona maya.

Y es que el pasado viernes en la población de Yaxché, ubicada en los límites de Tulum con el municipio de Felipe Carrillo Puerto y en el corazón de la zona maya, en plena clausura de ciclo escolar y ante decenas de niños y estudiantes acompañados por sus padres que pretendían festejar su fiesta de graduación, el alcalde sustituto cometió la bajeza de retirar sillas, mesas y equipo del lugar porque su nombre no figuraba en la mampara del evento.

Al chilango Diego Castañón le dolió sobremanera que los habitantes de esa población maya hayan elegido a Ileana Canul, viuda de Dzul Caamal, como la madrina de la generación. Y en represalia intentó reventar la clausura llevándose toda la logística instalada para que la viuda quedara en ridículo ante cientos de niños, padres de familia y maestros de ese plantel escolar.

Este comportamiento visceral puede ser denunciado por Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género, porque múltiples testigos pueden respaldar la acusación que haga la viuda del ex alcalde Marciano Dzul Caamal, además de las videograbaciones y las fotografías donde se observa que desmantelaron todo por no estar el nombre de su Majestad: el alcalde Castañón II.

Por mucho menos el chetumaleño Luis Gamero Barranco fue bajado de la contienda en la etapa final de las elecciones en 2021. Él era candidato de Morena y seguro vencedor.

Sin olvidar que también este rubio y prepotente Quetzalcóatl demostró su desprecio y se llevó de corbata a niños, niñas y adolescentes, cuidados con esmero por este gobierno de la 4T en el país, al intentar reventar su clausura escolar por un berrinche y celos contra la que fuera esposa de su líder y protector.

Castañón debe entender que aún no es nadie en el municipio de Tulum o quizá nunca sea aceptado, porque él no ganó la presidencia municipal y le cayó en las manos por una dolorosa tragedia. La cerrada elección la ganó Marciano Dzul Caamal, aunque no quiera reconocerlo esta serpiente emplumada.

La gente de a pie no conoce a Diego Castañón, por más abrazos y falsos besos que estampe en las doñas de este municipio, siempre posando para la cámara fotográfica. Lo político no lo lleva en la sangre y difícilmente lo pueda asimilar algún día. En todos estos años desde el gobierno de su madrina Romalda Dzul, el alcalde verde no ha aprendido nada de cómo ser político y cumplir con lo prometido.

Pese a que antes de morir el ex alcalde le pidió que no dejara solo a su pueblo y que cuidara a los ciudadanos, a poco más de cuatro meses del fallecimiento de Marciano el alcalde Diego Castañón lo único que ha hecho es dividir a la familia del ex alcalde para lograr su reelección, sin importarle todos lo que suceda en el municipio y las necesidades de la población que padece enormemente por la diferencia de mandos, ya que de la sensibilidad política y destreza de Marciano pasaron a la arrogancia de un Quetzalcóatl que trata a los tulumnenses como indiada indigna de su augusta presencia.

El error de Marciano Dzul fue haber alimentado a esta serpiente emplumada, porque apenas murió el político maya le arrancó los ojos y devora sus carnes, intentando sepultar también al grupo marcianista. Y Marciano Dzul desde la bóveda celestial estará retorciéndose por el grave error de haber dejado de suplente a un fuereño visceral y prepotente, desprendido de la etapa de la Conquista como español a caballo que agrede hasta los niños mayas con sus padres, tal como ocurrió en la comunidad de Yaxché.

 

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