La silla vacía de Lili en la toma de protesta de Estefanía

Déjame te Cuento

Ángel Solís

Era bola cantada que la ex presidenta municipal de Solidaridad, Lili Campos Miranda, no se iba a presentar a rendir protesta como regidora en el Cabildo de Solidaridad (Playa del Carmen), tomando una decisión acertada ya que en los tiempos de la 4T los políticos de oposición solo tienen tres opciones: entrar a Morena, hacerle a un lado y dedicarse a otra cosa o lanzar por el drenaje lo que les quede de capital político, como lo hace desde el Congreso del estado el próximo dirigente estatal del PRI, Filiberto Martínez Méndez.

Sorprendió a muchos la determinación de Campos Miranda de dejar su silla vacía la mañana de este lunes, sobre todo porque en diversas ocasiones había asegurado que tenía un compromiso con los casi 50 mil solidarenses que le dieron su confianza el pasado 2 de junio, votos que no le alcanzaron porque fue arrollada por una poderosa maquinaria Verdemorenista que logró arriba de 78 mil sufragios.

Lo cierto es que no tenía caso que asumiera el cargo, ya que actualmente los partidos que conforman esta 4T en Quintana Roo no solo gobiernan el estado y sus 11 municipios, sino que tienen el control total del país con sus instituciones y poderes, por lo que los políticos naranjas, rojos o azules no tienen nada que hacer en los próximos tres años, más que cuidar su libertad y los recursos que hayan acumulado para mantenerse vigentes.

Es evidente que hubo un buen arreglo político entre Lili Campos y quienes hoy tienen el control del estado; tan es así que horas antes de la toma de posesión de Estefanía Mercado Asencio como presidenta municipal, se reunieron ambas mujeres para la firma de las actas correspondientes a la entrega-recepción de la administración municipal y ahí Lili Campos presentó un oficio al Cabildo entrante, dando a conocer su decisión de ceder su lugar a su suplente Kira Iris San.

Motivos por los cuales decidió hacerse a un lado hay varios, desde carpetas de investigación abiertas por la Fiscalía General del estado contra funcionarios de su gabinete y asesores de campaña, hasta la “sorpresiva” aparición de 507 millones de pesos en deuda a corto plazo que fue detectada, de los cuales la mitad es por concepto de pago de proveedores que no se realizaron y cuyo monto total supera la deuda con bancos heredada de administraciones anteriores, y que actualmente es de 468 millones de pesos.

Montos y motivos por los cuales no se pagaron que tendrá que aclarar la extesorera y hoy regidora Kira Iris desde la silla que ya ocupa en el Cabildo solidarense, ya que es poco creíble que un municipio con una recaudación de 4 mil millones de pesos al año no cuente con liquidez para el pago de retenciones y proveedores.

La política es de tiempos y si no que le pregunten a Andrés Manuel. En Quintana Roo los próximos tres años (por lo menos) a los políticos de oposición solo les queda ser espectadores, no protagonistas.

Aunque no todo está perdido para Lili Campos, ya que desde antes del proceso electoral el Partido Verde le ofreció la candidatura al senado, haciendo mancuerna con Gino Segura.

La política siempre te ofrece una segunda oportunidad y ahora más en los tiempos de la Cuarta Transformación del país.

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